En este artículo de nuestro blog de iluminación hablamos hoy de unos interruptores de estilo retro y a la vez muy solicitados. Se trata de los interruptores de mano tipo pera como el que se observa en la fotografía.

Existen numerosas versiones del mismo, desde un modelo de baquelita, a unos de plástico. Sin embargo, el interruptor genuino, el que alberga más connotaciones rústicas y antiguas, es el de madera.

Los interruptores de mano tipo pera tienen una serie de ventajas frente a los interruptores clásicos, como los que incorpora, por ejemplo, una lámparita de sobremesa. Esa ventaja se centra en la comodidad. Lo explicamos.

Los interruptores de pera son interruptores de finales, es decir, no tienen porqué estar intercalados en un cable o en una conexión. Igualmente, no están fijados a una lámpara. De ese modo y con una instalación sencilla, podemos conseguir situar el interruptor de madera tan cerca de nosotros como queramos, por ejemplo, en el cabezal de la cama.

En el esquema inferior mostramos cómo debe conectarse. Si el usuario se fija, el interruptor es siempre la parte final de una instalación. Basta con alargar el cable todo lo que se quiera para situar el interruptor al alcance de nuestra mano.

Sin duda la instalación genuina se remata con cable trenzado antiguo. Recomendamos a nivel estético cable trenzada de color marrón, blanco o bien negro (aquí puedes examinar esos cables trenzados). La elección del cable dependerá de cada gusto y del interruptor de madera que escojamos, ya que estos interruptores tipo pera están disponibles en tres acabados: Haya natural, Haya barniz y Bubinga (marrón oscuro).

Finalmente es importante apuntar que estos mecanismo de madera tipo pera están disponibles en dos modalidades de funcionamiento: el interruptor clásico y el pulsador para timbres. Informamos al usuario de que la versión interruptor es a la vez conmutador, eso es, que adquiriendo dos unidades podemos encender y apagar la luz de una habitación desde dos puntos distintos.