Aunque parezca mentira, las crisis tienen su vertiente positiva: nos ayudan a buscar soluciones que antes jamás hubiéramos imaginado. La industria de la iluminación se ha centrado durante muchos años en el diseño, incluso a veces obviando la funcionalidad. Lo que quizás no teníamos en cuenta es que todas las luminarias se basaban en algo tan sencillo como un cable y una bombilla...

Como decíamos, las crisis agudizan el ingenio. El coste de una lámpara de diseño queda cuestionado en épocas de vacas flacas y buscamos alternativas mucho más económicas pero igual de funcionales.

Por eso hace unos años, empezaron a surgir opciones tan interesantes como los cables de colores decorativos. Junto con estos cables de colores, el usuario empezó a reclamar los diferentes accesorios que conforman una lámpara. Hablamos de casquillos metálicos, prisioneros, florones de techo...y todos aquellos elementos que hacen posible la construcción de una luminaria de forma artesana.

Los cables decorativos de colores son esa alternativa inteligente a la iluminación de toda la vida. Con esta opción, el usuario imagina, diseña y fabrica su propia lámpara combinando los diferentes elementos que la componen.

Con este sistema, podemos conseguir una lámpara colgante de techo, una lámpara colgante múltiple (con varias bombillas), una lámpara tipo aplique o una lámpara de sobremesa. Al final, se trata de que imaginemos qué podemos hacer con esos accesorios y combinarlos de forma correcta.

La mecánica para montar una lámpara es muy sencilla y no reviste peligro alguno, siempre y cuando tengamos en cuenta las medidas básicas de seguridad, como no tener la lámpara conectada a la corriente mientras la manipulamos.

Es interesante la lecturas de este otro artículo de nuestro blog en el que explicamos cómo fabricar una lámpara de forma artesana y todos los accesorios que se necesitan para ello.

En este otro enlace de nuestra tienda online encontrarás todos los accesorios que necesitas para montar tu lámpara.